Este espacio, situado en el antiguo frontón del pueblo de El Oso, está dedicado a la piedra y a la poesía. Los objetos de piedra y tierra, usados tradicionalmente, simbolizan el vivir apegado al terreno y a la realidad, mientras que la poesía hace volar el pensamiento y la fantasía.

El mural recoge una selección de fragmentos poéticos universales, presentados en un escenario visual alegórico.

Las imágenes del mural acompañan a la poesía en ese intento común de las artes por descifrar el sentido de la vida. La imagen parte de una recreación de las Tres Gracias representadas en tres caras femeninas: dos mujeres están despiertas y la tercera duermesueña. La mujer de la izquierda, despierta, desprende un sentimientoactitud ante la vida de tristeza, aflicción, resignación, sufre hasta llorar sangre. La mujer del centro, por contra, mantiene un sentimiento-actitud sonriente, complaciente y hedonista. La mujer de la derecha duerme, es la otra realidad, donde todo se hace posible, los sueños y las pesadillas.

A su vez, el mural en su conjunto es un paisaje. La cara de la izquierda emerge como una montaña (incluso se dibuja la cruz del Gólgota para hacer alusión a la poesía mística religiosa y al “gran pecado” de Borges). De la imagen del centro, en la planitud de la meseta, surgen las ideas, la inspiración, la creación, en forma de mariposa amarilla, aunque sabemos que nuestras vidas, como las de estos insectos, son efímeras (en alusión a Manrique, a Juan Ramón Jiménez y a Machado). La cara de la derecha vive en el lago de los sueños, donde discurre el amor, los ideales, la esperanza… (como Kavafis, Whitman…). Esos lagos de colores que, como momentos estelares (estrellas y lagos), salpican todo el mural, reflejan toda nuestra comprensión del mundo, la existencia, lo maravilloso que sólo se encuentra en los instantes fugaces de la vida.

En este espacio, todos los veranos, los vecinos, visitantes e invitados, celebran una noche de Luna y Poesía.

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